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LOS TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA (TCA)

Son enfermedades mentales muy graves, que se caracterizan por una alteración en el comportamiento alimentario y por una obsesión por el control del peso.Esto provoca mucho malestar, ánimo deprimido, triste y ansioso. Experimentan mucho temor por alcanzar el sobrepeso u obesidad.

La sintomatología de los TCA  puede traer consigo diversos problemas de salud, tanto físicos como psicológicos.

En muchas ocasiones, sobre todo años atrás, había quienes podían considerarlo una moda, un capricho… Pero hay que reconocer su gravedad, su comorbilidad con otras enfermedades mentales y riesgo de muerte.

Es importante acudir al especialista ante cualquier indicio, ya que actuar de manera temprana puede traer consigo un mejor pronóstico.No existe un perfil concreto de una persona afectada por un trastorno alimentario, ya que si fuera tan sencillo lo tendríamos más fácil a la hora de prevenir o detectar en casa el desarrollo de una de estas enfermedades.
Sin embargo, sí que existen diversos factores de riesgo que pueden provocar el desarrollo o mantenimiento de estas patologías. Los trastornos alimentarios son enfermedades de etiología múltiple, por lo que no existe sólo un factor que provoque su aparición, sino que el conjunto de ellos puede provocar su aparición:

  • factores psicológicos: Rasgos de personalidad como la rigidez, perfeccionismo, obsesividad, impulsividad.

  • problemas mentales como depresión, ansiedad, baja autoestima, insatisfacción corporal, excesiva preocupación por el cuerpo

  • la realización de una dieta

  • factores biológico-genéticos, si existen antecedentes familiares con T.C.A u otro tipo de patologías, asociación positiva entre determinados neurotransmisores, problemas durante el embarazo, etc.;

  • los factores socio-culturales, entre los que se encuentran modelos familiares de sobreprotección, rígidos, exigentes, conflictivos y poco cohesionados, así como familias desestructuradas, antecedentes familiares de realización de dietas o conducta atípica en la familia, preocupación por el peso y la imagen corporal de los padres, presión social, cánones de belleza impuestos o el desempeño de profesiones o actividades (sobre todo infancia y adolescencia) que valoran excesivamente la delgadez y el peso.

Es muy importante conocer los distintos factores de riesgo que pueden precipitar la aparición de un Trastorno Alimentario, ya que al conocerlo podemos realizar una mejor prevención y podemos detectar a tiempo nuevos casos.

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